El verano anima a llevar una dieta basada en alimentos ligeros, refrescantes, de modo que las ensaladas son una gran opción. Sin embargo, no todas las ensaladas son recomendables, pues algunos ingredientes resultan desaconsejables. Repasamos algunos de estos alimentos idóneos para las ensaladas de verano y otros que no lo son tanto.
Los SÍ en las ensaladas de verano
Las ensaladas nutritivas y ligeras son aquellas que se componen de alimentos frescos y de temporadas. Las frutas, por ejemplo, son ricas en vitaminas y minerales, aportan pocas calorías, mucha fibra y mucha agua, de modo que favorecen la saciedad y nos hidratan.
Las ensaladas con legumbres son también una buena opción, por su contenido en proteínas vegetales y fibra. Son, además, alimentos que demandan masticación y calman el nivel de hambre y apetito.
Otro grupo de alimentos que aportan fibra son los cereales integrales (arroz integral, pasta integral, cuscús, quinoa y otros granos enteros). A esto se suma que son una gran fuente de energía.
El pescado en las ensaladas ayuda a potenciar el contenido de proteínas de alto valor biológico. La merluza, el atún, el salmón y el bacalao son buenas opciones. Su contenido en grasas saludables, como el omega 3, es destacable.
Los huevos se suman a esta lista de ingredientes ideales para las ensaladas de verano. Son una buena opción para los vegetarianos. Como todos sabemos, los huevos son muy proteicos y aportan otros nutrientes, como el hierro, la vitamina A vitaminas del grupo B.
En el caso de los lácteos son una alternativa interesante para quienes consuman poca carne. Los quesos frescos o el yogur natural para dotar de textura cremosa a la ensalada y al aliño son productos muy versátiles.
Finalmente, un último ingrediente que no puede faltar en las ensaladas de verano es el aceite de oliva virgen extra, por su aporte de grasas saludables y la cuota extra de antioxidantes.
Los NO en las ensaladas
Los ingredientes que no deben formar parte de las ensaladas de verano son, básicamente, aquellos alimentos insanos, en concreto los ultraprocesados, pues aportan al organismo calorías de mala calidad.
Los fiambres y embutidos incorporan aditivos que pueden ser perjudiciales para la salud, sal en exceso y no sacian fácilmente. Así mismo, es aconsejable no incluir salsas o aderezos industriales, por el exceso de azúcar añadido y sal. Si se desea incluir una salsa en la ensalada, que sea casera.
Los rebozados y precocinados, que aportan una textura crujiente, son una fuente de grasas de mala calidad y harinas refinadas. Y algo parecido ocurre con las pipas y frutos secos fritos y salados, que aunque los frutos secos sean una fuente saludable de nutrientes, cuando se fríen de manera industrial, incorporan grasas no recomendables, por eso se deben de incorporar aquellos que sean naturales.