Llevar un estilo de vida saludable, poniendo especial énfasis, en una alimentación sana, es clave para gozar de buena salud y alcanzar mejor estado de ánimo. Somos lo que comemos, dicen muchos, y no le falta razón a esa expresión. Lo que comemos influye en el desarrollo o la prevención de patologías muy diversas.
No obstante, la optimización de la salud engloba también la salud mental, y una preocupación excesiva por una alimentación saludable deja de ser adecuada si acaba convirtiéndose en una obsesión, conduciendo a un fenómeno llamado ortorexia.
La ortorexia es el trastorno de la conducta alimentaria que deriva en los siguientes síntomas: obsesión por la comida sana, deseo excesivo de alimentos BIO, considerar que comer fuera es un peligro y situaciones similares.
¿Cómo combatir la ortorexia?
Los especialistas indican que se puede poner freno a la ortorexia no demonizando ningún alimento, pero teniendo claro que unos son más recomendables que otros. La educación alimentaria es clave para decidir y elegir los tipos de alimentos que más convienen al organismo: basar la alimentación en frutas y verduras, fuentes proteicas adecuadas, carbohidratos diversos de calidad y, en definitiva, una dieta rica y variada.
Profundizar o restringir determinados grupos de alimentos es aconsejable siempre y cuando la base de la dieta sea saludable, completa y adecuada. Obviamente todo tiene matices, habrá personas a las que les convenga más una alimentación de un tipo u otro o sus creencias y convicciones les hagan escoger unos alimentos frente a otros. La economía, el tempo y la disponibilidad también dirigen las elecciones hacia unas u otras opciones.
En cualquier caso, es importante mantenerse informados sobre los alimentos que comemos. Dejar a un lado los ultraprocesados, pero saber que una patata frita aislada en una terraza con amigos de manera puntual no va a hacer daño si se mantiene una dieta saludable y variada.
Hay que huir del perfeccionismo mal entendido y centrarse en nutrirse bien, encontrar el equilibrio y cuidarse en general, tanto la alimentación como la paz mental, con el descanso y la actividad física como otros dos grandes pilares.
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